La Escuela Especial de Lenguaje del Colegio Alborada de Coyhaique invitó a la comunidad a tomar conciencia sobre el trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL) con que viven niñas y niños de la Región de Aysen, enfrentado a un modelo que aún dista mucho de la inclusión para las personas con alguna discapacidad.
Con diversas actividades, la comunidad escolar desarrolló una intensa agenda con niños, niñas y agentes educativos para conmemorar un nuevo Día Internacional de la Concienciación del Trastorno del Desarrollo del Lenguaje. Toda la jornada de este lunes estuvo centrada en entregar información a través de los medios de comunicación y directamente en consultorios de la ciudad y jardines infantiles, con el objetivo de dar a conocer en qué consiste y por qué es importante tener presente el trastorno del desarrollo del lenguaje que, a nivel mundial, afecta a entre un 5% y un 7% de las infancias en edad preescolar.
A sus 5 años, Antu Carvajal dice que lo que más le gusta de su escuela es “el recreo”, aunque también destaca que “es importante hacer tareas y saludar a mis amigos”. Antu menciona un punto muy importante, cuando hablamos de trastornos del lenguaje: socializar.
La profesora Ximena Vidal coordina la Escuela Especial de Lenguaje del Alborada: “Nosotros como escuela de lenguaje estamos al día con la información y queremos invitar a toda la comunidad a que conozcan nuestra experiencia. Atendemos a niños desde los 3 hasta los 5 años. Pueden consultar por una evaluación gratuita fonoaudiológica”
Alejandra Arroyo es educadora diferencial y especialista en trastornos del lenguaje: “Hemos querido hacer difusión y entregar información en los consultorios Víctor Domingo Silva y Alejandro Gutiérrez. Durante la tarde se visitó el jardín Gabriela Mistral, donde entregamos información para dar a conocer de qué se trata el trastorno de desarrollo de lenguaje y contarle a la comunidad que como escuela de lenguaje recibimos y atendemos a niños en los niveles medio mayor, transición I y transición II. Es un trabajo colaborativo entre la educadora diferencial y la fonoaudióloga con los estudiantes”.
Máximo cursa el nivel transición 2 y tiene 5 años: “Me gusta la escuela porque acá estudiamos, jugamos y vamos a recreo. Hacemos actividades. Hoy fuimos a un hospital y entregamos unos papelitos. Además fuimos a jugar y nos comimos un heladito”.
Las primeras señales del trastorno del lenguaje se manifiestan en dificultades para comprender o usar el lenguaje de manera efectiva, sin que exista una causa evidente como una discapacidad intelectual, problemas auditivos o condiciones neurológicas que expliquen el hecho. Las especialistas consideran fundamental detectar el trastorno tempranamente para no afectar las habilidades sociales, el rendimiento académico y, muy importante el bienestar emocional de los niños y las niñas.